¿Cómo definiríais el poder?

Por: Angélica Rodríguez

Una definición básica de poder, podríamos decir que es la capacidad de hacer algo, es decir, yo puedo caminar porque tengo la capacidad de mover las piernas, sostenerme y avanzar. Yo puedo hablar porque tengo la habilidad y las herramientas para emitir sonidos en forma de palabras. Si esto lo llevamos a las relaciones entre personas, también tenemos la capacidad de influir o alterar el comportamiento de quien tenemos delante, es decir, tenemos poder frente a alguien.

¿Qué tipos de poder existen? En 1959, John French y Bertram Raven, psicólogos sociales, llevaron a cabo un estudio sobre el poder, dividiéndolo en cinco tipos. Ellos plantean que eso se da en entornos de influencia social, y a menudo se utilizan para la comunicación organizacional. Nosotras los vamos a aterrizar en las relaciones afectivas.

En primer lugar, el poder coercitivo es el que se ejerce sobre una persona, intentado que haga algo en contra de su voluntad, generalmente a través de amenzas. El miedo al abandono, suele ser la trampa de quienes lo sufren. Una pareja amenaza con irse, y gracias a eso logra llevar el juego a su terreno, y que se ceda ante sus deseos. Pero vemos que aquí una persona usa a otra para beneficio personal únicamente. No hay negociación, ni consideración, ni empatía.

El poder de recompensa se usa cuando se ofrece un beneficio a una persona a cambio de una acción, es decir, si haces esto, logras esto. Y puede haber un punto de valoración, pero a la vez es un arma de doble filo: puede ser que una personas nos pone a resolver un problema que no nos corresponde, evitando así hacerlo ella, a cambio de algo, o que a través de esto se puede estar dando un punto de manipulación. Si ofrecemos cosas básica como amor, a cambio de que las personas hagan lo que queremos, también las estamos utilizando. Lo que se recibe debe tener el mismo valor que lo que se entrega. Un ejemplo simple es el dinero, puede que el dinero pague un servicio, pero también puede estar robando dignidad.

En tercer lugar, el poder legítimo es la capacidad de tomar decisiones por otra persona, y que es reconocido en términos administrativos. Una persona que se está muriendo, por ejemplo, casada legalmente, su pareja puede tomar lmedidas o decisiones, que la ley respalda. Este poder conviene entenderlo o usarlo mejor, como un poder que puede ejercer una institución sobre una agresor, más que dentro de la relación en sí misma.

El poder de referencia es muy interesante, y tiene varios matices. Aquí hay un punto de confianza que se ha creado por una relación o vínculo. Un ejemplo muy básico es un niña que toma como verdadero todo lo que le dice su madre, solo porque es su madre y hay una unión familiar. Esto también suele ser frecuente en relaciones sentimentales, hay personas con un gran carisma y sabiduría, amistades cercanas, que pueden ser de gran ayuda ante situaciones difíciles. Sin embargo, también hay personas muy elocuentes que impresionan más de lo que aportan, y podemos estar dando valor a algo que se muestra con mucho envoltorio, pero con poco contenido.

Por último, el poder experto. Este lo podemos llevar a las relaciones, únicamente si una de las personas tiene un conocimiento específico, preparado profesionalmente, pueden contribuir o aportar sabiduría, pero este poder puede llegar anular a una de las partes, o darse un punto de infantilización de una personas sobre otra, y entonces quizá conviene que el experto venga desde fuera.

Lo más importante de estas formas de poder es entender con qué propósito se ejerce esa influencia. Estos sistemas de poder han existido en todas las épocas y civilizaciones, donde unas personas crean un conjunto de creencias y maneras de hacer, que justifican el uso de otras personas. Tácito, historiador romano, decía “El poder conseguido por medios culpables nunca se ejerció en buenos propósitos”. Y es que, sencillamente, las personas no son un instrumento, son un medio, un camino y una conexión,  y gracias a que un grupo de personas pueden construir su presente y futuro de una manera equilibrada y pacífica, es posible crear civilizaciones justas y personas libres.

Referencias

Raven, B. H. (1992). A power / interaction model of interpersonal influence: French and Raven thirty years later. Journal of Social Behavior and Personality.

Raven, B. H. (1964). Social influence and power. CALIFORNIA UNIV LOS ANGELES.

Raven, B. H. & French, J. (1959). The bases of social power. InD. Cartwright(Ed.), Studies in social power (pp. 150-167). Ann Arbor, MI: Institute for Social Research.

Raven, B. H. & Rubin, J. Z. (1976). Social psychology: People in groups.

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