Corría el año 1950 cuando Sir Hugh Beaver, director general de la destilería de cerveza Guinness, dio con la idea de un libro de récords mientras estaba de caza en el condado de Wexford, Inglaterra. Sir Hugh y sus compañeros discutían acerca de cuál podría ser el ave de caza más rápida y, al no lograr una respuesta que convenciera a todos/as, plantearon la creación de un libro que recogiese de manera oficial este tipo de cuestiones. En 1954, e inspirado en esta discusión, Sir Hugh se decidió a crear un libro que actuase como recopilatorio de datos y sirviese para resolver este tipo de disputas que se daban en los pubs. El libro, bautizado como El libro Guinness de los récords, fue publicado un año más tarde y se convirtió en el número uno en la lista de más vendidos en Reino Unido.

Desde su primera edición y hasta el día de hoy, El libro Guinness de los récords ha recogido logros relacionados con las cuestiones y las disciplinas más variopintas. Atletismo con aletas, malabares con motosierras o escalada de rascacielos son solo algunos de los hitos reconocidos por Guinness en su libro. Si existe un maestro consiguiendo esta clase de hazañas es Christian López, natural de Cabañas de la Sagra y que cuenta con el honor de ser el español con más récords Guinness. A sus 32 años, Christian entrena y pulveriza sin descanso récords de todo tipo y la recompensa de su trabajo se traduce en 49 récords Guinness registrados a día de hoy.

Christian siempre ha sido un apasionado del deporte y de la actividad física. Desde la adolescencia, ha competido en pruebas de atletismo de 800 metros, 1500 metros y campo a través, sin embargo, la diabetes con la que fue diagnosticado con doce años y varias fracturas de fémur y rótula le hicieron plantearse su futuro en el deporte. En lugar de quedarse estancado como atleta, Christian se lanzó en búsqueda de alternativas. Una competición celebrada en el hotel Bali en Benidorm, que consistía en subir por las escaleras sus 52 plantas, llamó la atención de Christian, que decidió desplazarse hasta allí y participar en la prueba. Su desempeño fue tan bueno que le motivó a continuar practicando esta disciplina, a la que sumaría también el retrorunning, otra modalidad deportiva que consiste en correr de espaldas. Para sorpresa de Christian, no sufría ningún tipo de lesión practicando estas especialidades, lo que hizo que las convirtiese en su nuevo camino para progresar en lo que siempre le había apasionado, el deporte.

La práctica del retrorunning propició que Christian continuase buscando nuevos retos y especialidades con las que ponerse a prueba. Ya sea corriendo con zuecos holandeses, manteniendo una bicicleta en equilibrio sobre su barbilla o subir escaleras haciendo malabares, Christian siempre busca la manera de exigirse al máximo. «Es la manera que tengo de superarme a mí mismo», afirma. Su secreto: horas de entrenamiento diarias, paciencia y sobre todo tomárselo como un hobby. Porque para Christian: «Lo importante es intentarlo y descubrir hasta dónde puedes llegar». Su familia es un apoyo fundamental para él a la hora de atreverse con nuevos récords e incluso ha logrado batir uno junto a su madre, el cual consistía en atrapar el mayor número de dados posibles lanzados por uno al otro con los ojos vendados.

Cuando no está batiendo algún récord, Christian se dedica al coaching motivacional y al entrenamiento personal, trabajos que le han ayudado mucho a la hora de superarse tanto mental como físicamente. Su objetivo a largo plazo es el de superar a Ashrita Furman, un hombre neoyorquino que ostenta más récords Guinness que nadie en el mundo. De momento, Christian prepara la consecución del que será su récord número 50, algo que no tardará en conseguir con su incansable espíritu de superación.