«A las mujeres (y, por qué no, hombres) de La Sagra, y de España en general, les pediría sororidad: hermandad entre mujeres para trabajar en crear un mundo más justo e igualitario.»
Mabel Lozano, la que fuera modelo, actriz y presentadora, actual directora de cine y escritora de «El Proxeneta», ha hablado con La Villana de la Sagra para contarnos un poquito más sobre ella y su experiencia.
Mabel abandonó su localidad, Villaluenga de La Sagra, cuando tenía tan solo 19 años, para partir rumbo a la capital a comenzar sus estudios. Nos dice que al pensar en La Sagra, recuerda las palabras familia y amigos, cosas que creemos que son bastante importantes en la vida. Su madre y su hermano José Antonio aún viven en Villaluenga, y Mabel nos muestra esta preciosa foto madre-hija:
Hablando de su carrera profesional, Mabel comenzó en el mundo de la moda y considera que el mundo de la televisión decidió que ella entrara en él, y no al contrario. Su inicio coincidió con el comienzo de emisión de Antena 3, cadena que la fichó desde el primer día. Para ella, el mundo televisivo era estupendísimo. Su experiencia en la televisión comenzaba al mismo tiempo que comenzaba la cadena, por lo que todo y todos/as eran nuevos/as. Recuerda como algo muy especial «nacer con la televisión».
Mabel en su nominación a los Goya por «Tribus de la Inquisición»
Todos/as nos preguntaremos, ¿cómo se vive el cambio de vivir en un pueblecito de La Sagra a vivir con fama? Mabel nos confiesa que ella nunca ha cambiado su forma de ser. Quizá por tener un pie en su tierra, con su familia, con su gente, nunca deja de tener ese pie en el suelo y no cree que haya cambiado como persona. Lo único en lo que cambió su vida es el aspecto de trabajar en un sector en el que la gente te conoce por la calle, cosa que a ella le encanta.
En noviembre del año pasado (2017), Mabel publicó su libro El proxeneta, sobre la trata y explotación de mujeres. Sin embargo, comenzó a tratar temas de género e igualdad muchos años antes.
Mabel tiene muy claro que siempre ha sido feminista, aunque en su pueblo no conocía el término feminismo. Así, sin conocer esta palabra, ella veía que las mujeres eran las que ayudaban a las tareas de casa y las que se levantaban si faltaba algo en la mesa. Siempre pensó que esos detalles no eran justos y que debíamos conseguir una igualdad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos.
Mabel con Rigoberta Menchu, Premio Nobel de la Paz 1992
Escribir su libro fue una experiencia difícil, por el hecho de tener que mantener una conversación con un hombre que había explotado y vendido a más de 1700 mujeres y niñas. Mabel había hablado antes con cientos de ellas, tanto en España como en sus países de origen, y tenía delante al explotador y esclavista que las había hecho todo lo que ellas habían contado. Sin embargo, aunque fue duro, tuvo que quitarse sus prejuicios para poder escucharle sin juzgarle, cosa que ya había hecho la justicia. Así consiguió un testimonio de lo más fiel.
Mabel con sus amigas en la presentación de su libro
Como podéis ver, Mabel ha tenido una vida muy intensa que comenzó aquí, en nuestra comarca, la cual recuerda con mucho cariño. Lo último que Mabel nos dice es un mensaje para las mujeres (y, por qué no, hombres) de La Sagra y de España en general. Nos pide que tengamos muy en cuenta que todavía no vivimos en un mundo igualitario: «Existe brecha salarial para mujeres, la mayoría de trabajos precarios son para mujeres, no hay corresponsabilidad con los hombres, una mujer debería poder ser mamá y promocionarse profesionalmente, sin necesidad de elegir de las opciones». Mabel nos pide sororidad: «Hermandad entre mujeres, para trabajar en crear un mundo más justo e igualitario. Todo esto son derechos con los que nacemos todos y todas.»