Lo primero de todo, déjame agradecerte leer esto en fechas tan señaladas como lo es Navidad. Todos sabemos que es complicado sacar 15 minutos para leer algo entre polvorones y mantecados.
Lo segundo de todo, esto no es una simple lista (o sí) de deseos, es un manifiesto de un joven de La Sagra que teme por el futuro.

Sin mucho más que decir, allá vamos:
-Que se acabe la pobreza
-Poner el fin al hambre
-Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades
-Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos
-Igualdad de género
-Acceso universal y Gestión responsable del agua
-Energía asequible, segura, sostenible y moderna
-Trabajo decente y crecimiento económico sostenible
-Fomentar la innovación
-Reducir la desigualdad
-Lograr que nuestros pueblos sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles
-Fomentar un consumo responsable
-Luchar contra el cambio climático.
-Mejorar nuestras aguas y nuestra biodiversidad
-Que haya menos conflictos
-Que haya más cooperación entre las instituciones.
Y dirás, ¿Cómo conseguir esto? ¿Cómo cambiar algo? La respuesta es sencilla y compleja a la vez. La clave de todo es la educación.
La educación siempre ha sido, y será, el vertebrador de nuestras vidas, lo que marque el futuro de las generaciones siguientes. La educación marca y nos muestra el camino. Genera sensibilidades.
Siempre se ha educado con valores, desde los manuales de la buena mujer en el gobierno franquista hasta los contenidos actuales. La clave de la educación con valores es la promoción de la igualdad, de los Derechos Humanos.

La diferencia es que nuestra sociedad tiene nuevos recursos, nuevas realidades, nuevas formas de enseñar. La educación no formal ha supuesto una ruptura con las nuevas formas de enseñar. Esta metodología, fuera de la estructura del sistema escolarizado, ha supuesto un aumento en el desarrollo de elementos morales de los individuos y el aumento de la sensibilidad de los jóvenes con términos como igualdad, medioambiente o biodiversidad.
La realidad nos muestra que mucho se han desarrollado, y creado, asociaciones y entidades que hacen educación no formal. Los gobiernos han de seguir apostando por la educación no formal y por fomentar la educación con valores en los colegios, sí, eso incluye aumentar las horas de Filosofía en los colegios.
Por una educación de calidad, con valores, de todos/as y para todos/as
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