Jorge Ontalba, de fotografiar a estrellas de la música a lanzar su propio álbum

Una vida que gira en torno a la música inmortalizada a través de una cámara. Así podemos resumir la experiencia vital del fotógrafo Jorge Ontalba, que recibe a La Villana en su domicilio de Yuncler para charlar con motivo de la publicación de «Historias breves para piano», un álbum muy intimista dedicado a «los que sienten».

El artista se define a sí mismo en la descripción del álbum como «un pianista multinstrumentista, daltónico y disléxico que no estudió solfeo». Y es que el fotógrafo ha aprendido a tocar multitud de instrumentos durante toda su vida aunque nunca fue a un conservatorio ni intentó convertirse en músico profesional. Nos explica también Jorge que su daltonismo y dislexia no han sido una carga en su carrera, más bien un aliciente, ya que es usual que estas condiciones se den cuando se tiene el hemisferio derecho del cerebro más desarrollado, potenciándose así la creatividad y la imaginación. «Historias breves para piano» se concibe en las madrugadas del confinamiento, en una ciudad vacía y tranquila en la que se perciben sonidos únicos que nuestro entrevistado plasma en su piano. Sin embargo, esta faceta personal y calmada contrasta con la pasión de Jorge por todas las vertientes rock: “Mis amigos me dicen que estoy perdiendo el tiempo con canciones de piano y que debería grabar un disco de rock. Me encantaría hacer un disco de rock and roll pero para esto tienes que tener una banda, porque si no, no es verdad”.

La relación del fotógrafo con la música viene de muy atrás, a pesar de que este álbum sea el primero que publica. «Desde que tengo uso de razón he sido un consumidor de discos, casetes, vinilos… Quería conocer el evangelio del rock and roll. Al estudiar imagen y sonido pasé de ser un comprador a trabajar en discográficas y ser parte de proyectos que hubiera comprado en el quiosco años atrás». Jorge pasó así cerca de 20 años haciendo portadas de discos y realizando sesiones a grandes estrellas del rock, tanto nacionales (Nacha Pop, Gabinete Caligari…) como internacionales (Metallica, Iron Maiden…). «Tengo muchísimas anécdotas con artistas. Una vez dejé mi moto a Gilby Clarke (guitarrista de Guns & Roses) para que se diera un paseo por la Castellana de Madrid. Cuando volvió se disculpó porque me había gastado toda la gasolina a pesar de haber estado buscando gasolineras por el centro de la ciudad». La época dorada del rock vivida en la segunda mitad del siglo XX marca a Jorge, que recuerda con nostalgia el sonido de los vinilos y las radios piratas que abundaban en las FM. No obstante, la modernidad ha permitido a nuestro entrevistado unir estos dos elementos en un podcast llamado «El Disconauta», que además de evocar las joyas del rock tiene como objetivo poner en valor a los/as artistas y, de paso, conocer los secretos de ‘backstage’ de las personas invitadas al programa.

«Mi gran acierto fue apostar por el mundo de la comunicación y el lenguaje audiovisual en el momento justo. Eso mezclado con un poco de suerte me abrió muchas puertas». Como fotógrafo Jorge ha dedicado una gran parte de su trabajo a los retratos, retratando a figuras del mundo artístico con su inseparable cámara analógica ‘hasselblad’. Su lema personal «miro por la cámara y disparo» resume un estilo basado en la intuición y la selección, identificando los momentos certeros para ilustrar a sus personajes, sin necesidad de realizar muchas fotos por sesión. Jorge compara su cámara con un revólver, si cuenta con seis disparos debe realizarlos por instinto y acertar. Ésta es la técnica que emplea cuando hace fotografía de retrato, la cual según Jorge se divide en tres pasos: la preparación de la foto, el duelo dialéctico con el modelo a retratar y la última fase de edición y revelado. «Las dos características fundamentales de un buen retrato son la técnica y lo que este transmite», afirma Jorge.

A la derecha Jorge, junto a Iron Maiden y Lemmy Kilmister (Motorhead) en un partido de fútbol

Jorge reivindica a La Sagra como un espacio importante dentro del escenario del rock, con salas como The Rose en Yuncler, por la que pasaban en los años setenta bandas como Burning, Mermelada o Leño. «La expresión de ‘tener un bolo’ comienza a utilizarse a finales de los sesenta por los músicos madrileños que tenían un concierto fuera de la ciudad, generalmente en Toledo y alrededores». Además nos remarca la figura de «La Casa de Madera», el estudio de grabación en el que grabó «Historias breves para piano», por su ambiente acogedor donde «desaparece la idea de que estás yendo a currar para sacar tu música y disfrutas como si estuvieras tocando en tu casa». Por último, el yunclereño nos confiesa que tiene varios proyectos en la recámara, desde un dúo de violonchelo y piano a una obra experimental que mezcla sonido y fotografía abstracta. Solo podemos desear que la música y la cultura vuelvan a las salas, bares y plazas lo antes posible.

Enlace a «Historias breves para piano»: https://jorgeontalba.bandcamp.com/track/historias-breves-para-piano-completo

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