Probablemente ya has oído hablar de una nueva tendencia social que está sucediendo allí – donde casi todo tiene su origen- en los Estados Unidos, bautizada como La Gran Dimisión o El Gran Abandono.
Millones de trabajadores en Estados Unidos han presentado su renuncia laboral voluntaria superando así un récord histórico. En los primeros meses de la pandemia, allá por marzo-abril de 2020, la cifra de desempleados se cuadriplicó. Posteriormente, fue estabilizándose poco a poco y con el permiso de los gobiernos, empresas y trabajadores, que buscaban y aprendían cómo adaptarse a esa nueva realidad. Pero un dato curioso es que a partir de mayo, antes de recuperar las cifras pre-pandémicas, comenzó una oleada de renuncias que persiste hasta hoy.
El dato de renuncia laboral ya venía aumentando progresivamente durante los últimos años y se redujo en 2020, año en que mucha gente que había decidido dejar su trabajo, se vio obligada a posponer esa decisión debido a la incertidumbre del contexto. Esto podría ser una explicación al aumento de las renuncias laborales en cuanto a que puede haberse tratado de un acumulativo. Pero también los meses de agotamiento personal, social y laboral pueden ser la clave de este suceso.
¿Podría suceder algo así en España?
Tenemos que tener en cuenta que EEUU no es España. Ni el sistema laboral ni la tasa de desempleo son comparables. Mientras que aquí contamos con una tasa de desempleo que varía alrededor del 15%, en EEUU se mueven más en torno al 4%.
Por lo tanto, la respuesta a la pregunta es: habría que verlo. A pesar de que ya está sucediendo en países más similares al nuestro, como Italia, lo cierto es que la tasa de paro es relativamente menor (alrededor del 9%), por lo que es más fácil encontrar otro trabajo en caso de renuncia. Lo que sí podemos afirmar con cierta contundencia es que el cambio de paradigma ha venido para quedarse. Una nueva situación laboral en la que el empresario no es el centro de la relación laboral, sino el empleado. El/la trabajador/a es capaz de identificar lo que es realmente relevante para él/la, y ha adquirido la capacidad de decidir que ya no todo le vale, aprendiendo a priorizar y a decidir qué está dispuesto y qué no está dispuesto a aceptar. Se trata de un empleado más exigente.
Según un estudio realizado recientemente en España y publicado por InfoJobs, la salud mental, las condiciones económicas insuficientes y la salud física serían los principales factores por los que un empleado se plantearía abandonar su puesto de trabajo.