El arte es una forma de expresión de sentimientos, pensamientos e incluso miedos. Sin embargo, la belleza de las obras que recogen todas estas expresiones es más que suficiente para que aquéllos/as que las admiran se sumerjan en una nube de placer visual. Pura estética que produce un gran placer son la mayoría de las obras de la artista Irene Hermida.
Irene es una joven artista de Esquivias que lucha por ganarse la vida con aquello que más le gusta, la pintura. Desde pequeña disfrutaba «haciendo cosas con las manos» confiesa. Manualidades, pulseras, dibujos e incluso esculturas eran y son el pasatiempo favorito de Irene, quien tras estudiar Bellas Artes decidió montar un pequeño taller en su casa para poder pasar horas y horas pintando. Aunque, es complicado vivir del mundo del arte, por lo que ella ha decidido compaginar la pintura con un trabajo a media jornada que no le permite dedicar tanto tiempo a sus obras como le gustaría.



Gracias a una asignatura que estudió en la carrera de Bellas Artes, Irene descubrió que podía experimentar con diversas técnicas, mezclarlas y crear obras diferentes. Jugando y probando descubrió que las técnicas que quería poner en práctica y mezclar en sus obras eran: acuarela para las manchas del fondo, acrílico y, por último, óleo para dar profundidad. Además, recientemente ha comenzado a hacer obras digitales que están teniendo gran éxito en Instagram, la red social que utiliza como artista.
«Normalmente me baso en el color. Para mí los colores son primordiales», cuenta Irene. Para empezar a dibujar, si no se trata de un encargo, comienza pensando en el color que quiere utilizar, y en base a ello construye la obra. Además, los rostros en general y los ojos en particular son los elementos que más inspiran a Irene en sus obras, por eso, siempre pinta retratos. Para ello, suele basarse en fotografías de revistas de moda, de influencers o famosos/as. En el caso de que se trate de un encargo, se basa en la fotografía mandada por el/la comprador/a.
Como lamenta Irene, ser artista y dedicarse plenamente a ello es muy complicado. Hacer una obra supone muchas horas de trabajo y el reconocimiento, muchas veces, no es equitativo. Ella, por ejemplo dedica festivos, fines de semana e incluso pinta por las noches para poder tener las entregas a tiempo. «Es un trabajo muy sacrificado. Lo difícil es darse a conocer» confiesa la artista. Para esto, hoy en día son fundamentales las redes sociales.
«Es difícil conseguirlo, pero no hay nada imposible», Irene Hermida.