«TE SIGO BUSCANDO»
Los rayos de sol incidiendo en mi ventana y sigo aquí, tendida en la cama tratando de exprimir hasta el último segundo que pueda. Decido mirar el móvil para ver la hora y efectivamente, ya es tarde, son las 12 de la mañana y sigo aquí. Aún no estoy segura de por qué sigo dando vueltas en la cama evitando dar el salto y levantarme. Si tenemos en cuenta que llevamos dos semanas encerrados y sin hacer nada, ¿por qué parece que el levantarme es tan difícil? la excusa del cansancio queda bastante lejos. Y es que basta ya, ya es hora de sincerarme con el mundo pero sobre todo conmigo misma.
Ha llegado el momento perfecto para usar esta cuarentena como esas vacaciones que tratamos de buscar siempre , en las que el mundo parezca que se detiene y nuestra vida también. Ese momento en el que por fin puedes hacer el viaje más sencillo y a la vez más complicado. Y no es otro que el viaje más importante de nuestra vida, sin necesidad de medios de transporte, sin equipaje. Donde tu mejor compañía no es otra que tú mismo en busca de la verdad. Parece complejo todo lo que estoy proponiendo, pero es la hora. Basta ya de intentar usar redes sociales, televisión, dormir y cualquier pasatiempos para huir. Porque solo tratamos de evadirnos de la realidad, con el fin de sufrir menos. Duele tanto que todas nuestras vidas se hayan paralizado, sin tener una fecha clave de retorno, con la simple certeza de que cada día es uno menos o quizá uno más, aún no estoy segura. Lo que si se es que lo mejor que voy a hacer esta cuarentena es encontrarte. Se que no va a ser fácil pero lo voy a conseguir.
Ya estoy desayunando y la verdad es que no paro de remover los cereales de mi precioso tazón rosa con unicornios volando. Siempre he pensado que cada uno debe ser fiel a sus gustos y preferencias así que nunca dudé en comprarme esta taza en aquel maravilloso centro comercial de Madrid. Aquel día parecía tan normal, tan básico como cualquier otro. Pero quién iba a imaginar que ese sería el último día en el que salir de casa estuviera permitido. Y es que no puedo parar de pensar en todo lo que no valoramos día a día. Y puede que sea esa la razón por la que no quiero estos dichosos cereales, porque aquí están otra vez, mis ganas de no hacer nada, de evadirme.
He preferido venir a mi habitación buscando soledad y retomando el objetivo de hoy, encontrarte, a ti mi pequeña. Te echo de menos y no me había dado cuenta hasta ahora. No te valoré lo suficiente y de verdad que lo siento porque sé que era una de las cosas que más necesitabas. Cierto es que siempre estuvo mamá para recordarte lo que valías. Pero mi turno lo dejé pasar. He estado viendo muchas fotos tuyas y rememorando momentos claves para ti. Eras tan sensible, tan transparente e inocente. No soporto la idea de estar perdiéndote porque eres la persona más importante para mí y no he sido capaz de verlo hasta ahora.
¿Cómo hemos podido llegar a este punto? Mi objetivo era aprender y avanzar a nivel personal pero sin olvidarte y lo que estoy consiguiendo es que una nube enorme cargada de gotitas saladas emanen de mis ojos. No entiendo mi presente y muchísimo menos mi futuro , pero me he dado cuenta de que si te entiendo a ti.
Todo esto parece una declaración de amor y es que creo que realmente lo es, porque a día de hoy estoy llena de dudas, pero acabo de darme cuenta de que te quiero pequeña y que nunca debí haberte perdido. Así que no temas; aunque la que está muerta de miedo soy yo; voy a encontrarte.
Siempre he oído frases acerca de nunca perder el niño que llevamos dentro y es que cada vez cobra más sentido para mí. No quiero seguir sintiendo esta presión en el pecho, es como si en el corazón tuviera clavado mil puñales. ¿Pero sabes qué? Tú siempre gestionaste genial tus problemas porque lo hacías desde el punto de la inocencia y creo que ese es el primer paso para encontrarte. Retomar ese punto de vista tan peculiar y a la vez tan simple, sin condicionantes ni aditivos del qué pensarán o cómo actuarían ellos.
Me acaban de llamar para comer, y a pesar de no tener hambre, creo que voy a comer algo. Hoy no pienso contar las calorías que estoy comiendo por mucho que mi app para controlar el peso me este mandando notificaciones. Y es que es un secreto a gritos, pero estoy harta de vivir con miedo a no dar la talla, nunca mejor dicho. Ha llegado un punto en el que si quiero volver a encontrarte, tengo que ser fiel a mí misma como tu lo hacías. Y me siento un poco mejor, quizá el hacer por fin algo que me apetece a mí, este haciendo desaparecer un puñal de mi pecho. Ya van quedando menos, y te siento un pasito más cerca de mí. Tú y yo sabemos los mal que lo hemos pasado por tener más barriguita que el resto de niñas. Pero déjame decirte mi pequeña que la mujer en la que te vas a convertir vale mucho más que un michelín más o uno menos, que una talla más o una menos.
Creo que voy a volver a mi cama un rato, me apetece ver algo que me aislé del mundo. Hoy voy a optar por una película y como era de esperar me he dormido. He soñado contigo. Esto es buena señal, ya que significa que cada vez estás más cerca. ¿ Recuerdas esos recreos de baile y risas que muy pocos entendían? pues he soñado con ellos. Eras tan natural, siempre haciendo lo que te apetecía sin importarte el mundo y sus críticas.
He despertado sonriendo, me he sentido tan libre…
Y está llegando el momento mi pequeña. Voy a hacerlo, me voy a poner frente a ti. Estoy muerta de miedo pero mi pecho se encuentra más liberado. Llegó el momento. Voy acercándome y es que estoy temblando. Pero… ¡ ahí estás !
Solo tenía que ponerme frente al espejo recordando lo mal que lo hemos pasado hasta ser la persona que hoy somos mi pequeña yo.
No ha sido trabajo fácil recordarte, pero te prometo que trabajaré día a día para sentirte conmigo de nuevo. Prometo que esta cuarentena te voy a cuidar para que tu y yo seamos una. Porque tu eres mi yo del pasado y sin ti no seria quien soy hoy. Te debo mucho pero también me lo debo a mi yo actual.
He decidido salir a mi balcón a aplaudir como todos los días a las ocho, pero hoy el aplauso será más largo ya que algunos segundos se los dedicaré a mi persona y a las batallas interiores que lucho cada día. Yo estoy reconciliándome con mi yo más inocente del pasado durante esta cuarentena. Y tú, ¿a qué esperas?
Saray Núñez Boix